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¿Cómo podemos mantener sano nuestro corazón? Hábitos y recomendaciones para una buena salud cardiovascular

Madrid, 16 de febrero de 2021.- En la enfermedad cardiovascular podemos distinguir importantes factores de riesgo, que podemos dividir en dos grandes bloques: modificables y no modificables. Entre los no modificables se encuentran la edad, el componente individual genético y el género varón. Estos escapan por ahora a nuestro poder de modificación.

Entre los modificables encontramos principalmente el tabaquismo, la diabetes mellitus, los niveles altos de colesterol en sangre, la hipertensión, la obesidad y el sedentarismo. Y como señalan el Prof. Francisco Fernández-Avilés y el Dr. Eduardo Zatarain Nicolás, en su artículo ¿Cómo podemos mantener sano nuestro corazón? Hábitos y recomendaciones para una buena salud cardiovascular,  “muchos están relacionados entre ellos, bien en su esfera sociocultural o en su esfera puramente médica”. Así, “es frecuente que las personas sedentarias sean más obesas y la obesidad se asocia de forma muy potente a la hipertensión, la diabetes y el colesterol elevado. Por otro lado, “el tabaquismo se asocia también a hábitos de vida no saludables en términos de deporte o consumo de otros tóxicos, por lo que su propio efecto puede verse agravado”.

La presencia de estos factores de riesgo genera un efecto inflamatorio y procoagulante dañino para todos los vasos sanguíneos del cuerpo, añaden estos profesionales en dicho artículo: “entre las arterias afectadas, se encuentran frecuentemente las arterias coronarias, cuya obstrucción total o parcial es la causa de la mayoría de los infartos de miocardio o de la disfunción cardiaca que puede llevar a la insuficiencia cardiaca. Estos dos síndromes suponen el grueso de la mortalidad cardiovascular y son un problema de salud de primer orden.

Afortunadamente, afirman el Prof. Fernández-Avilés y el Dr. Zatarain, “el control de los factores de riesgo modificables es eficaz para la prevención de la enfermedad cardiovascular y se fundamenta en 4 pilares: dieta mediterránea saludable, abandonar el tabaco y consumo de tóxicos, vida activa y control específico de la hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia y obesidad”.