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Efluvio telógeno por coronavirus, ¿es reversible?

Madrid, 5 de noviembre de 2020.- La infección por SARS-CoV-2 ha mostrado en los últimos meses una enorme gama de manifestaciones clínicas entre las cuales han despertado especial interés las relacionadas con la patología dermatológica. Así, destaca la existencia de un aumento de caída capilar.

En esta variedad de caída, conocida como efluvio telógeno, las personas pierden mucho más de los 50 a 100 cabellos que suelen caerse por día, y por lo general comienza varios meses después de una experiencia estresante.

La Dra. Mª Elisa Pinto Romero, especialista del Servicio de Dermatología del Hospital San Rafael de Madrid, en su artículo Efluvio telógeno por coronavirus, ¿es reversible?, señala que “se ha observado un efluvio telógeno entre el tercer y cuarto mes después de haber sufrido la infección COVID-19 y cómo esta abundante caída de pelo se ha producido sobre todo en aquellas personas que han tenido fiebre a causa de la infección por SARS-CoV-2”.

Esta caída de cabello transitoria puede ser más o menos llamativa  o evidente, “pero en realidad no es más que una aceleración del ciclo vital del pelo, de manera que tendrá una duración de entre tres y seis meses, y volverá a crecer al cabo de otros dos o tres meses”, añade la Dra. Pinto Romero.

También insiste en que “la mayoría de los casos de efluvio telógeno se debe a causas puntuales y aisladas en el tiempo. Por eso, no suele requerir ningún tipo de tratamiento, salvo esperar pacientemente a que cabello se renueve por sí solo”.

Ahora bien, “Si la situación se prolonga más allá de estos plazos o si el paciente se encuentra especialmente angustiado por esta caída del cabello, si el efluvio telógeno no se resuelve espontáneamente, hay que acudir a un dermatólogo que realice un diagnóstico preciso, con una historia clínica y exploración médica adecuadas y completas”, indica esta especialista, con el fin de:

-Evitar que el efluvio telógeno agudo se convierta en un proceso crónico.

-Descartar la existencia de otro tipo de trastornos o la existencia de otras causas de alopecia como la androgenética (al fin y al cabo, es la más frecuente) y para ello prescribir analíticas completas para conocer la función tiroidea, los niveles de hierro, oligoelementos y vitaminas, así como otros parámetros.

-Prescribir un tratamiento individualizado que acorte este proceso de recuperación del efluvio, valorando su severidad mediante un pull test (tracción leve) o con la observación de la calidad del cabello.